Miles de críos, los niños de la guerra, son separados de sus padres y embarcados en mercantes para escapar de los horrores bélicos a distintos destinos como Inglaterra, Francia, Holanda y la URSS, en la creencia que la contienda duraría unos pocos meses. Muchos no volverían jamás. Locuras y Krispín sirven con su pesquero a la Marina de Guerra de Euskadi en un nueva función como auxiliar de práctico en el puerto de Bilbao. Krispín no soporta seguir alejándose de Amelia y Lucas, y toma una decisión drástica.
El Izarra cargado de niños llega a Bilbao desde Bermeo, donde deberan embarcar en un mercante rumbo a Europa en busca de protección
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